No hace mucho que lo conozco, pero durante este intenso tiempo que hemos compartido de risas, palabras y momentos mágicos, abrazos y regalos, lo he conocido más y hemos llegado a un punto en que con solo hablar por teléfono, sabemos que le pasa a uno o al otro; es el principio de una larga e inmortal amistad que un día buceando por este gran mar que es la vida, encontré dentro de una ostra fascinante.
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