Udazkena

miércoles, 29 de agosto de 2012

Azukre koxkorra.

Existen corazones de todo tipo. Están los rojos; los apasionados, los del amor ardiente, el coraje y la confianza en uno mismo, que a la vez representan la rabia. Están los de color naranja; los alegres, los que nos liberan de esas emociones negativas y nos hacen sentir menos inseguros. Los violetas; los que nos mantienen en un estado de gran paz interior. Incluso los rosas; aquellos relajados, amables, suaves y profundos. Cómo no, los verdes; los de la llamada de la esperanza, creando un sentimiento de confort y relajación. Los negros; los puros, los que nos hacen sentir libres olvidando toda clase de opresiones. Los amarillos; lo que tienen el poder de discriminar, decidir y juzgar, los de las ideas claras. Los azules; los corazones creativos. Y los blancos, los más puros de todos, los de la libertad, los que nos hacen olvidar las opresiones.

Pero... si me preguntasen de qué color sería mi corazón, sin duda alguna y con toda seguridad, respondería que sería portador de todos y cada uno de estos colores.

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