Existen corazones de todo tipo. Están los rojos; los apasionados, los del amor ardiente, el coraje y la confianza en uno mismo, que a la vez representan la rabia. Están los de color naranja; los alegres, los que nos liberan de esas emociones negativas y nos hacen sentir menos inseguros. Los violetas; los que nos mantienen en un estado de gran paz interior. Incluso los rosas; aquellos relajados, amables, suaves y profundos. Cómo no, los verdes; los de la llamada de la esperanza, creando un sentimiento de confort y relajación. Los negros; los puros, los que nos hacen sentir libres olvidando toda clase de opresiones. Los amarillos; lo que tienen el poder de discriminar, decidir y juzgar, los de las ideas claras. Los azules; los corazones creativos. Y los blancos, los más puros de todos, los de la libertad, los que nos hacen olvidar las opresiones.Pero... si me preguntasen de qué color sería mi corazón, sin duda alguna y con toda seguridad, respondería que sería portador de todos y cada uno de estos colores.
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